A pesar de los diversos programas aplicados en la educación básica para el desarrollo de la competencia tecnológica y el mejoramiento integral de las materias esenciales, el resultado de la implementación de estas herramientas no ha sido el mejor.
La actualización de los docentes ha sido insuficiente: pocos cursos, de pocas horas y ofrecidos con mucha diferencia de tiempo entre uno y otro. Además, lo que se ha implementado tiene que ver con el manejo didáctico y pocas veces se orienta a los aspectos técnicos, que con mucha frecuencia dificultan la operación del equipo.
Para lograr la institucionalización de las TIC´s se requiere de la participación de todos los actores escolares (directores, profesores, alumnos, personal de apoyo) y extraescolares (como los equipos de apoyo y capacitación de las secretarias estatales y federales de educación). También implica la gestión de recursos adicionales y la coordinación al interior de la escuela para su adecuada utilización.
Sin duda, el reto de los gobiernos federales y estatales no está en conseguir las tecnologías más novedosas y costosas y los recursos para adquirirlas, sino en lograr que las escuelas cuenten con el liderazgo pedagógico que permita generar procesos de participación entre profesores, y entre éstos y los alumnos y los padres de familia.
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